Cuando los españoles avistaron en Marzo de 1517 un pequeño pueblo maya de pescadores, quedaron atónitos ante la exuberancia de este caserío rodeado por ondulantes cerros de abundante vegetación.
Campeche saltó así a la palestra de la historia con el nombre de Lázaro, luego trocaría a Salamanca y finalmente a San Francisco, pero jamás perdería su nombre primigenio, el que evoca a un sacerdote de apellido Pech y rememora igualmente la fauna de nuestra región como la tierra de serpientes y garrapatas. Así nuestra ciudad es ahora como desde aquel lejano 4 de octubre de 1540 San Francisco de Campeche.
Este nombre nativo de la ciudad ha trascendido casi incólume, permeando la lengua del conquistador ibérico, al habla romance del castellano. El gentilicio de Campeche, campechano, se encuentra como un adjetivo de buen juicio, de sentido positivo hacia una persona, pero también es sinónimo de buen pan, mescolanza y marinería. En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se pueden observar muchas definiciones entre las que destacan las siguientes:
- Franco, dispuesto para cualquier broma o diversión.
- Afable, sencillo, que no muestra interés alguno por las ceremonias y formulismos.
- Enjaretado que llevan algunas embarcaciones menores en la parte exterior de la popa.
- Bizcocho hojaldrado.
- Bebida compuesta de diferentes licores mezclados.
- Otra mezcla, sobre todo en comidas.
Es de notarse cómo a pesar de que la historia nos cuenta que Campeche sufrió de muchos ataques piratas, el sino de tranquilidad y cordialidad rodea nuestra nominación. El nombre como se puede observar es una fuerza poderosa, el vínculo que nos da identidad, y el de Campeche es uno con mucha historia y tradición, es pues un nombre trascendental. No quedó sólo para denominar una ciudad murada, el viejo solar maya conquistado, sino que traspasó los fuertes y baluartes para ser el nombre de un Estado libre y soberano de la federación mexicana. Y esta designación del sureste mexicano se afincó en otras costas, en otros puertos, en otros lares, en otros países.
Y esto se debe al espejo donde Campeche se mira todos los días, el mar, único medio de comunicación durante la época colonial y gran parte de la era independiente. El sustento de Campeche, el comercio, tenía las aguas del Golfo como ruta y las islas del Caribe como destino. El mar era el medio de comunicación para todo el umbral del Caribe, la principal madera que se exportaba era el palo de Tinte el cual sería conocido también como Palo de Campeche (Haematoxylon Campechianum). De aquí salían embarcaciones cargadas con la preciosa veta de la planta arbórea que teñía las ropas de las cortes europeas y que alimentaría las ambiciones piráticas que tanto asolaron nuestra costa.
Por eso es llamativo que en San Juan de Puerto Rico entre Octubre y Noviembre se celebre un festival artístico llamado “Campechada”. Esta plataforma cultural inició en 2011 a iniciativa del Instituto de Cultura Puertoriqueña con el apoyo del Museo de Arte de Puerto Rico.
La “Campechada” es un evento único que conjuga las artes plásticas, la fotografía y todo tipo de actividad donde la recreación a través del arte se ve reflejada en la sana convivencia del viejo San Juan en honor al gran artista José Campeche Jordán, primero de la isla del encanto con gran repercusión internacional, uno de los mejores exponentes del rococó de las Américas. Nacido en 1751, este insigne artista realizó entre 300 a 600 pinturas y diversos trabajos de arquitectura. Llama la atención que un puertoriqueño del siglo XVIII haya tenido por apellido el nombre de nuestro amado Campeche. En la biografía de este afamado artista se explica que fue hijo de un esclavo liberto llamado Tomás Campeche y su madre una canaria. Sin duda esto conlleva a algunas conjeturas, porque su padre no era de la élite sino alguien que había sido sacado de la esclavitud cuyo apellido de origen eminentemente maya señala la, en ese entonces, villa española de San Francisco de Campeche, importante puerto dentro de las rutas del caribe.
Asimismo también existen localidades que llevan el nombre de Campeche. Esta vez nos situaremos en el Municipio de Baranoa del Departamento del Atlántico en Colombia. En dicho municipio existe una localidad de casi siete mil habitantes, que llaman corregimiento, cuyo nombre es Campeche. Según la historia oral es “Campeche, pueblecito situado entre Baranoa y Sabanalarga, que no es indígena, sino de formación posterior al descubrimiento y aún a la colonia, por vecinos de Baranoa, cuyo distrito es agregación”. El por qué se puso a este risueño lugar el nombre de una ciudad mexicana es debido al origen de su fundador Francisco Javier Soler, quien era campechano, y al ver las tierras muy parecidas a su lugar de nacimiento en nuestro Campeche México, así denominó el poblado en que arraigó en Colombia. En 1909 se afirma que no tenía iglesia, la cual se empieza a construir en 1912.
Hoy el corregimiento de Campeche goza de una comunidad 6,500 habitantes que tiene en la fe una carta de presentación. El 7 de diciembre se cumple casi el centenario de la construcción de su templo católico, templo que en 1997 fue declarado como Patrimonio Histórico y Arquitectónico del Municipio de Baranoa, y está dedicado a la señora de la Purísima Concepción.
Entre las tradiciones de este lugar se encuentra el Festival de la Ciruela que se lleva a cabo año con año desde 1989, que se hace en Marzo, con deliciosas recetas llevando este fruto como el ingrediente principal en tortas, vino, jugo, dulces y mermeladas; trabajos artesanales y cerámica, en un marco de concurso de orquestas regionales y promoción general de la cocina tradicional del Atlántico colombiano y diversos reinados como el Reinado Departamental de la Ciruela.
Ahora nos centraremos en Cuba. En La Habana Vieja, desde el lejano tiempo de 1564 se conocía el barrio de Campeche, que se situaba desde la calle Merced hasta Paula, ese barrio aún existía en el siglo XVIII. El hecho al parecer se debía a que uno de los intercambios mercantiles entre los españoles de Cuba y los colonizadores de la península de Yucatán era en cierto modo el comercio humano, indígenas mayas por alimentos y otros objetos.
En 1770 el gobernador Antonio María Bucarely dividía la población de La Habana Vieja en dos cuarteles: la Punta y Campeche que a su vez tenían en sus parámetros ocho barrios. Al primero correspondían los de Dragones, La Estrella, el Ángel y Monserrate. Al cuartel de Campeche le eran propios los barrios de San Francisco, Santa Teresa, Paula y San Isidro. Todo esto dentro del recinto amurallado. A inicios del siglo XIX existió una nueva división por la ampliación demográfica también lo fueron las divisiones barriales en dieciséis. Hoy lo que era el antiguo barrio de Campeche, se le conoce como el de Belén.
También dentro de Cuba, se encuentra el municipio costero de Campechuela en la provincia oriental de Granma, situada a más de 700 kilómetros al este de La Habana. La localidad de Campechuela, se encuentra bañada por el constante vaivén de las aguas del Golfo de Guacanayabo. Debe su nombre de Campechuela, según historiadores locales, a la abundancia del arbusto maderable conocido como Campeche, lo que dio nombre a la ensenada y luego al sitio en tierra firme, así pues deviene de la palabra Campeche el de Campechuela. Curiosamente el árbol conocido como Palo de Campeche está incluido en el escudo de la comarca juntamente con un central azucarero y la efigie del santo patrono del territorio Santo Tomás de Aquino, cuya celebración es la fiesta de la localidad el 24 de marzo. Campechuela se caracteriza por su producción azucarera, así como por la ganadería y el café. La también conocida como Paraíso del Guacanayabo, devino en municipio en 1912, precisamente por su desarrollo azucarero que en aquel momento era la base económica fundamental. En la actualidad cuenta con una población de 46 126 habitantes y una superficie de 579.48 km2.
Como dato importante debemos señalar en relación a Campechuela, es que a pocos kilómetros de su costa, desembarcaron, luego de atravesar el Golfo de México, los 82 expedicionarios del yate Granma, el 2 de diciembre de 1956, encabezados por un muy joven Fidel Castro, lo que permitió que el 1 de enero de 1959 Cuba iniciara un nuevo estadio de su historia.
Como se ve el nombre de Campeche se encuentra en muchas partes, en el imaginario de varias regiones, como nombre de diversas localidades allende de su solar original, como apellido, como nominación maderable, como ricos hojaldres, como mescolanza de licores, pero sobre todo el nombre de Campeche está en todos nuestros corazones. En el corazón de los campechanos que habitamos en la novia del mar, los campechanos que miramos el horizonte y decimos de nuestro terruño: “En el remanso de tu mar la grandeza de tu nombre”.