ORO, INCIENSO Y MIRRA: LAS TRES VELAS DE LERMA

Una de los meses del año más esperados por las familias de Lerma es precisamente enero, ya que en sus primeros días tendrán lugar las celebraciones de “la Epifanía del Señor”, tradición que comúnmente es reconocida como el “Festival o la fiesta a los Tres Reyes Magos”. Varias familias se organizan entre sí para poder llevar a cabo un festejo digno de sus Santos Patrones a quienes les tienen gran devoción y respeto, novenas, banquetes, procesiones y bailables, son algunas de las ofrendas que se hacen en honor a quienes representan esos los simbólicos regalos de oro, incienso y mirra.

Sin embargo, hay una tradición que se distingue entre las demás, las Tres Velas de Reyes, ritual originario de Nunkiní que ha sido heredado entre los descendientes de la familia Uc Chan quienes por azares del destino, ahora viven en Lerma.

La celebración comienza desde el 28 de Diciembre, con la elaboración de tres grandes velas, cada una de mas de un metro de altura y mismas que representan las tres ofrendas que hacen los Reyes Magos a Jesús: oro, incienso y mirra.

La elaboración de las velas y de los adornos tiene una técnica en particular que solo los herederos de la tradición conocen. Desde el tejido fino de las mechas hasta los adornos con los que las visten. José Manuel Uc, uno de los herederos de esta tradición nos platica.

“Mi familia es la familia Uc Haas, pero viene de descendencia de mi abuelo que es la familia Uc Chan, ellos de antes hacían lo que eran las velas, lo que nosotros hacemos aquí, es la ofrenda que hicieron los reyes magos al niño Jesús, que fueron incienso, oro y mirra y nosotros representamos eso con las velas que son tres velas que son metro y medio, que esa es la actividad más fuerte en cuanto a nosotros los veleros.”

“La cera la conseguimos donde se decora, la conseguimos en Nunkiní, porque aquí no las conseguimos, como para pegar la cera como las abejitas, y esa cera negra no se consigue acá, hay qué viajar, de hecho el 28 de diciembre es cuando se va a hacer la vela, y se hacen y se guardan para que el día cinco de enero se decoren, igual para el día ese, toda la gente viene a ayudar a hacer la vela porque es bien tardado, son tres velas, hay qué hacer desde la mecha, trozos de cera que tenemos guardado, hay qué picarlo, derretirlo y empezar a hacerlo uno por uno, así con la mecha, hasta que vaya agarrando un grosor que nosotros ya tenemos con la base y tarda un día completo, a veces terminamos hasta la media noche, porque sí es cansado, porque uno la sostiene y así se va uno turnando.”

“Las velas son de color café, un café oscuro como el de la madera, lo que le da el atractivo, lo bonito, son los adornos que esos sí son de colores, que se hacen unos conitos, con unos moldes se van haciendo uno por uno y viene ya toda la gente, verde, amarillo, azul. Tratamos de recuperar esa parte del baile, aparte de que ya no hay charanga, y son muy costosas, pero sí hacemos actividades como esa, desde que buscamos el cochino, y cuando se hace la procesión también se trae charanga, la procesión es el día cinco de enero a las seis de la tarde, de hecho empieza en Kila y va pasando cada uno. Y el que esta aquí arriba ya vamos juntos a la iglesia.”

“Una vez ha venido Secretaría de Turismo, el Comisario sí ha venido a ofrecer ayudas como pavo, diputado también con el pavo, a veces viene al recorrido porque ellos también nos ayudan. Lo que sí han venido un montón de reporteros y televisoras.”

“La mayoría hacía velas y hoy en día esta tradición ya no se hace. Mi abuelo él hacía, trabajador de campo, y cada quien tenía su forma de agradecer, los que trabajan en el campo, pescadores, por eso se trabajaba así, de empresas también, pero bueno cuando falleció mi abuelo se dejó de hacer. Hasta no hace cinco años que lo volvimos a retomar mi papá y yo.”

«Este año ha sido un poco difícil pues en la familia han acontecido sucesos que no nos permitieron llevar a cabo la tradición como siempre la hacemos, por eso es que éste año la decoración de las velas será diferente, no llevarán adornos hechos de cera. Lo importante para nosotros es no dejar de hacer lo que nos gusta, nuestra tradición como la familia de veleros de Lerma, así como podamos.»

Es importante mencionar, que al día de hoy solo en Lerma se sigue conservando esta tradición, cuando antes se llevaba a cabo en otras partes del Estado, hecho que resalta aún mas la importancia de conservarla y difundirla.

Agradecemos y felicitamos a todas las familias de Lerma que voluntaria y gustosamente se organizan año con año para mantener vivo parte importante del patrimonio campechano.