Este baluarte fue demolido y reconstruido, pero no corresponde a la construcción antigua, siendo una imagen distorsionada de lo que fue el baluarte original. Similar al baluarte de San Carlos, el antiguo baluarte de Santiago era terraplenado, es decir, su puerta no se encontraba al nivel de la calle, sino que su acceso se conseguía a través de una rampa que iba paralela a la muralla. Sus caras medían 30.71 metros y sus flancos casi 15 metros. Su explana era de hormigón, aunque tenía una cara y los flancos con sus cañoneras de piedra labrada; la otra cara, la que miraba al mar, tenía su parapeto o barbeta, es decir, muy abajo para disparar con fuego rasante. En el siglo XVIII poseía doce cañones de hierro de calibres 24, 18, 12 y 10.
No contenía más alojamiento que tres bóvedas de arcos, en el plano horizontal, una servía de almacén de balas y las otras dos para abrigo del cuerpo de guardia, todas ellas de dimensiones muy reducidas. Contaba, además, con un pozo de agua salobre. El baluarte quedaba cerrado por dos paredes que correspondían al Cuartel de Infantería de Castilla, demolido también.