Bajo la perspectiva del historiador Efraín Durán, el siglo XVIII trajo a la arquitectura civil un importante incremento en la altura de las viviendas del centro de la ciudad de Campeche, las fachadas recibieron una mayor ornamentación, se perfeccionan las peanas y los guardapolvos en las ventanas y a los pisos interiores y exteriores se introduce una mezcla de piedra labrada y barro francés. Al interior de las habitaciones llega la pintura con rodapié y el uso de cenefas.
A mediados de este siglo se implementa el uso de columnas jónicas debido a una marcada influencia neoclásica, los pisos se empiezan a usar en forma de damero en mármol blanco y negro; las puertas de acceso en forma rectangular con arco rebajado o de medio punto. Es importante destacar que en este siglo se generaliza el uso de los patios centrales en forma de “u”, “c”, o I” con arcos polilobulados y de medio punto de corredores que comunicaban la casa. La Mansión Carbajal es un claro ejemplo de esta arquitectura. La majestuosidad de su patio y el detalle decorado con llamativos arcos árabes y una escalera de mármol.
Con el transcurso de los años, el recinto ha funcionado como hotel, salón de eventos, entre otros y en nuestros días es ocupado como las oficinas del DIF estatal.