Durante la época colonial fue conocida como plaza mayor. Al promulgarse la Constitución de Cádiz, en 1812, en cumplimiento de un decreto de la regencia, se le denominó de la Constitución. Fue entonces que, para el año de 1826, y muchos cambios de nomenclatura se acordó que la plaza se denominaría “Plaza de la Independencia”.
La plaza fue enverjada en su contorno, dejando únicamente claros en los ángulos esquinales, y en los medios, destinados a las puertas. Las rejas se construyeron en los talleres de la Aurora, fundición establecida en el barrio de San Román. Las puertas fueron traídas de Nueva York por la casa comercial del señor José Ferrer, y el diseño de las mismas fue trazado por el dibujante Manuel F. Rojas.
Hoy en día la plaza, al igual que en el siglo XIX, el jardín presenta tres calles o vueltas como se le llamaba en antaño: la chica que corría alrededor de una fuente, la mediana cuyos límites por dentro eran unos arriates de flores, y los de afuera otras plantas mayores; estos últimos arriates la separaban de la última vuelta o vuelta mayor, que lindaba con el exterior, por medio del enrejado. Cada una de las vueltas servían para distintos usos establecidos por la costumbre: en la chica jugaban los niños o ambulaban los padres al cuidado de sus hijos pequeños; en la segunda, o mediana, los jóvenes y personas mayores, era muy concurrida los días en que había retreta. Finalmente, la mayor era la preferida de las parejas enamoradas por estar más alejada del bullicio.
Hoy en día un lugar de esparcimiento y recuerdo para el campechano.