Se encuentra ubicada entre los baluartes de San Carlos y La Soledad, no tenía ninguna custodia, ni foso, ni puente ni revellín. La puerta original era de buena capacidad, y tenía encima, para su defensa una saratana o matacaspa. A la izquierda, un reducido cuerpo de guardia con capacidad para cuatro o cinco soldados, que era toda la guardia que tenía el muelle. Según el plano firmado por el ingeniero Juan José León, en julio de 1802 se concluyó el nuevo cuerpo de guardia de esta puerta, consistentes en dos cuartos y un corredor de poco más de diez metros de frente por seis de fondo.
El proyecto del cuerpo de guardia, dentro del sabor neoclásico de la época, consistía en un pequeño cuarto para el comandante y otro un poco mayor para el cuartel de la tropa, en el que destacaba como único mueble una gran tarima usada para el descanso de los soldados. Adosado al cuerpo de guardia, un apoyo servía para que los vigilantes pudieran sentarse mientras realizaban sus labores de vigilancia de la puerta.