ANTIGUOS NOSOCOMIOS DE CAMPECHE DURANTE LA COLONIA Y SIGLO XIX

“Las enfermedades no nos llegan de la nada. Se desarrollan a partir de pequeños pecados diarios contra la Naturaleza. Cuando se hayan acumulado suficientes pecados, las enfermedades aparecerán de repente.” Hipócrates

Durante la Edad Media la creación de hospitales constituyó un rasgo común de la religiosidad laica en varias partes de Europa. Los hospitales americanos surgieron con análogas propiedades a los nosocomios europeos del medievo y simultáneamente con un ideario más avanzado a su época, porque complementaron en mucho la evangelización.

En lo que toca a la Nueva España, Hernán Cortés fundó los primeros hospitales como el de la Inmaculada Concepción calificado como el más antiguo del país ya que de él se tiene noticias desde 1524 y era básicamente un sanatorio para pobres.

Esto también se vio en varias partes del vasto Virreinato de la Nueva España, un ejemplo lo tenemos con Vasco de Quiroga, quien como Obispo de la Diócesis de San Nicolás Obispo, fundó el pueblo-hospital Santa Fe de la Laguna y el Colegio de San Nicolás Obispo, precedente de la actual Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

En Campeche, el primer hospital del que se hace deducción fue el que se avista en un plano antiguo que se conoce de la Plaza de Armas de Campeche cuya data es de 1604[1], ahí el edificio de atención a la salud se ubicaba a un extremo de la plaza frente al mar “con su casamata debajo y servicio arriba, con su escalera dentro de dicha casamata para el servicio de la casa de arriba. Por debajo de esta casa arrimada al hospital, queda puerta de tránsito para esta fortificación por la gente de mar”.[2]

Este primer hospital nombrado “El Dulce Nombre de Jesús” instituido por Diego Sánchez Moreno “acogía a marinos, comerciantes, personal de milicia y a alguno que otro habitante”.[3] Este hospital por falta de fondos dejó de funcionar.

A inicios del siglo XVII, los vecinos habían situado la construcción de un edificio para salud pública al sureste de la villa, debido a que estaba alejado de la costa, por el peligro de los vientos y ataques piráticos; este hospital se llamó Nuestra Señora de los Remedios.

Baluarte de San Pedro y antigua iglesia de San Juan. Foto «Archivos FUCO»

En Campeche el hospital de San Juan de Dios fue fundado en el año 1635 por los religiosos de San Juan de Dios a través de la caridad conjunta de los vecinos de la antigua villa de San Francisco de Campeche. La acción de los devotos juaninos les llevó a hacerse cargo de la administración del hasta entonces hospital existente de “Nuestra Señora de los Remedios”.

Una vez establecido el nosocomio, sus fundadores le dieron el nombre de su misma regla religiosa y a partir de entonces fue conocido como “Hospital de San Juan de Dios” denominación que conservó hasta que el 29 de julio de 1890, cuando por disposición de las autoridades municipales se cambió su nombre a “Hospital Municipal Dr. Manuel Campos.”[4]

Hospital Manuel Campos

Antiguo hospital Manuel Campos. Foto «Archivos FUCO»

Durante los casi tres siglos que el Hospital San Juan de Dios existió como tal, se vivieron vicisitudes políticas y económicas en Campeche muy importantes. Pero en sus inicios fueron muy significativas las disposiciones por las cuales el Hospital inició y se mantuvo en sus funciones de atención hospitalaria.

El mantenimiento del hospital fue debido a varias vertientes. El primero venía del orden público a nivel seglar, la caridad de los habitantes fue esencial, así como ocasionalmente las cuantiosas donaciones de la gente adinerada.

Antiguo hospital Manuel Campos. Foto «Archivos FUCO»

También existió una especie de “seguro por atención médica” entre marinos y gendarmes quienes eran los que generalmente requerían más este servicio. Este “gravamen” fue designado por el gobernador Fernando Centeno en 1631 para beneficio de los hospitales existentes en la región, pero siendo esto insuficiente unos años después en 1663 el Gobernador y Capitán General de Yucatán D. Juan Francisco de Esquivel designó que la contribución debía de ser “un tercio de soldada de grumete, regulado por 8 pesos a los navíos provenientes de puertos novohispanos, 12 pesos a los llegados del resto de América Hispana y 25 pesos a los que arribaran de España y las Islas Canarias”.[5]

Asimismo también la tropa acuartelada en la plaza de Campeche tenía que contribuir diariamente por cada soldado enfermo, al igual que los pueblos de indios para el mantenimiento del sanatorio.[6]

El gobernador Diego Zapata compró en 60 pesos el solar adyacente a la iglesia, propiedad de José Sul y Magdaleno Chan, para que se construyera parte del claustro y otras dependencias destinadas a los servicios. “Así se levantaron nuevas enfermerías, (…) se hicieron las oficinas para servicio, administración y botica, así como las habitaciones de los religiosos y aún se hermosearon los jardines sembrando árboles. Se construyó una sala de convalecientes en donde los recluidos aprendían a leer o se ejercitaban en el oficio que su salud les permitía”.[7]

Además de la iglesia el hospital contó con cementerio adyacente, una troje de granos provista por limosnas de agricultores.[8]

Durante muchos años los devotos juaninos se hicieron cargo del cuidado no solo del espíritu sino del físico de los campechanos, cuidados que terminaron gracias a las transformaciones políticas y de pensamiento que germinaron a través de las reformas borbónicas de la Constitución de Cádiz y terminó de consumarse durante el trienio constitucional de 1820 a 1823 cuando se promulgaron disposiciones relativas con la obra desamortizadora y la secularización de las órdenes religiosas.

A principios de 1821 el Ayuntamiento de Campeche hizo efectivo el cambio al notificarse al prior de San Juan de Dios y su comunidad hospitalaria la supresión de su convento y la entrega con inventario del hospital que habían tenido a cargo [9]durante 186 años. Quedó así en manos civiles la administración del hospital.

Durante la época independiente, se arrostraron muchas crisis políticas que impactaron en las actividades y sostenimiento del hospital de San Juan de Dios, pero que siguió en funciones arrostrando diversas epidemias como la de viruela y cólera en la ciudad de Campeche.

Este antiguo edificio que albergó durante siglos la atención a la salud pública de los campechanos fue derruido durante la administración de Carlos Sansores Pérez, quien en 1971 visitaba la construcción del nuevo hospital civil situado frente al actual Instituto Mexicano del Seguro Social.[10]

Existen también noticias sobre un hospicio instaurado por los llamados jesuitas o la Compañía de Jesús, a quienes en 1716 se les adjudicó la Ermita de San José y ahí instalaron su convento llamado Hospicio de San Roque que fue dado para asistir a los desamparados. No obstante la estadía de los jesuitas en Campeche no fue extensa debido al decreto de expulsión que la monarquía española, medida tomada en 1767 por el rey Carlos III y ejecutada en Campeche porque hacia 1784 el edificio de San Roque pasó a manos de la tercera orden de San Francisco.

Durante la administración tanto de jesuitas como de franciscanos, el hospicio de San Roque era un albergue gratuito para los desposeídos y ahí recibían techo, ropa y suministros médicos. Este hospicio dejó de existir cuando se creó la Casa de Beneficencia la cual cumpliría con la encomienda hasta ahora hecha por las órdenes religiosas.

En 1779 por iniciativa del brigadier Hugo O´Connor se proyectó la creación de un hospital para enfermos de lepra.[11] En cédula firmada el 13 de diciembre de 1783 dirigida al obispo Fray Luis Piña y Mazo, se ordenó el levantamiento de la obra, con el dinero donado por el brigadier y con 300 más de la depositaria general de Campeche. En 1795 se destinaron 40,000 pesos para concluir los trabajos, después del fallecimiento del obispo.[12]

La importancia de este hospital conocido luego como “Lazareto” radicó en que fue el segundo en construirse en todo el virreinato de la Nueva España.

Según plano del edificio, la parte anterior contenía la entrada principal y el zaguán que conducía hacia el interior del hospital, que poseía tres patios, el más grande situado a la derecha del plano, tenía al centro un aljibe para surtir agua y atrás del ala posterior se encontraba otro patio y el cementerio.

Como el hospital de San Juan de Dios, el Lazareto tenía las mismas condiciones por la falta de recursos del Ayuntamiento y la Intendencia de Yucatán. En 1813 la subsistencia del hospital dependía de 50,000 que obtenían por rédito concedido por las Casas de Hacienda de Mérida, suma que se le depositaba cada 4 meses. Pero ante la falta de fondos, la cantidad no fue otorgada durante el segundo cuatrimestre de ese año. El Ayuntamiento de Campeche solicitó la utilización de fondos, ingresados en casas de la plaza en calidad de préstamos, pero fue negada tal petición por el Intendente. Por lo tanto, ante la incapacidad monetaria, se recurrió al Virrey Félix María Calleja para que interviniera, pero éste delegó el asunto a la intendencia la búsqueda de solución al problema.[13]

Era obvio que el Ayuntamiento se preocupaba por el tema de la salud y enfermedad como asunto de Estado y convocó al mismo Virrey lo que prueba una incipiente participación administrativa civil en el control hospitalario, situación que se acrecentó en el siglo XIX con la secularización de todas las órdenes religiosas hospitalarias.

En 1821, el hospital de S. Lázaro tenía capacidad para alojar treinta enfermos, cada uno en cuartos separados; existía una botica para la distribución de alimentos, la atención estaba a cargo de un médico capellán, mientras que los servicios se sostenían por medio de donativos, pagos de pacientes e impuestos. Con respecto al pago de manutención y servicios a los enfermos, el ayuntamiento recibía esa cantidad mensualmente y la destinaba al hospital. Como ejemplo de esta situación, los enfermos pagaban 8 pesos y además existía una persona encargada directamente para su atención, la cual recibía un sueldo de 4 pesos.[14]

Otros fondos que sirvieron para la manutención de San Lázaro fueron las donaciones del matrimonio Borreiro quienes en 1798 cedieron la quinta parte de sus bienes, además de particulares como Manuel Anselmo López Carta quien donó 10,000 pesos de cuyos réditos se disfrutó hasta 1855.[15]

Aunque el edificio se construyó pensando en enfermos de lepra, debido al azote epidemiológico de la viruela mayor se habilitó para variolosos y posteriormente como refugio para tropas.

Ya con los cambios políticos en materia civil, económica, social en el siglo XX el antiguo Lazareto dejó de ser hospital y refugio militar, con el Campeche Nuevo de Trueba Urbina, los cambios urbanos propugnados por Ortiz Ávila y la construcción del nuevo hospital civil en el sexenio de Sansores Pérez, el Estado proyectó una nueva política de salud pública que se vio más fortalecida a nivel federal con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social.

 

FUENTES CONSULTADAS
Alcalá Ferraez Carlos (2009). Asistencia, sanidad y población en la ciudad de San Francisco de Campeche, 1812-1861 (Tesis doctoral). Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=79739
Alvarez Suárez Francisco (1990) Anales Históricos de Campeche. Ayuntamiento de Campeche.
Antochiw Michael (2007). Las Primeras Fortificaciones de la Villa y Puerto de San Francisco de Campeche. Gobierno del Estado.
Lanz Manuel (1991) Historia de los Hospitales de San Juan de Dios y San Lázaro, en “2 Benefactores, 2 Instituciones”, Universidad Autónoma de Campeche.
Moo Roger. (2017) Descripción histórica del Hospital de San Juan de Dios. Ayuntamiento de Campeche.
Rocher Salas (2010). La disputa por las almas. Las órdenes religiosas en Campeche siglo XVI. Conaculta.
Muriel Josefina. (1991). Hospitales de la Nueva Es
[1] Plaza de Campeche, año de 1604, autor anónimo. Proyecto elaborado por el gobernador de Yucatán, Carlos de Luna y Arellano para edificar un Castillo. Copia hecha en 1854 por el Ingeniero militar Benito León Canales.
[2] Michael Antochiw, Las primeras fortificaciones de la Villa y Puerto de San Francisco de Campeche, Gobierno del Estado de Campeche, 2007, p. 88-89
[3] Adriana Rocher Salas (2010) La disputa por las almas, las órdenes religiosas en Campeche Siglo XVI. p. 158.
[4] Francisco Alvarez Suárez (1990) Anales Históricos de Campeche, p. 270
[5] Manuel Lanz, de los Hospitales de San Juan de Dios y San Lázaro, en 2 Benefactores y 2 Instituciones”, Universidad Autónoma de Campeche. , 1991, p. 73
[6] Roger Moo (2017) Descripción histórica del hospital de San Juan de Dios. p. 32
[7] Josefina Muriel. Hospitales de la Nueva España. Tomo I y Tomo II Fundaciones de los siglos XVII y XVIII, 1990, p. 173.
[8] Lanz, Op. Cit., p. 84
[9] Román Piña Chan, Enciclopedia Histórica de Campeche, Tomo III, Campeche, 2001, p. 67
[10] Roger Moo, Descripción Histórica, 2017, p. 82
[11] Carlos Alcalá Ferraez (2009). Asistencia, sanidad y población en la ciudad de San Francisco de Campeche, 1812-1861 (Tesis doctoral). Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=79739
[12] Ibid.
[13] Archivo General de la Nación. El Ayuntamiento Constitucional de esta ciudad, sobre que se pague al Hospital de San Lázaro los réditos de 50,000 pesos que reconozcan las cajas de Mérida. 1814. Campeche, vol. 48, exp. 21 fjs. 581-587 Citado por Alcalá Carlos. Tesis. p. 137
[14] AMC. Gastos de Mantenimiento y servicios a los enfermos del Hospital de San Lázaro. 1844. Fondo: Salubridad. Caja 4. Exp. 211. Citado por Alcalá Carlos. Tesis
[15] Lanz, 1905. Citado por Alcalá Carlos. Tesis. p. 144