Todos los pueblos y culturas tienen tradiciones prevalecidas y las formas de expresar las costumbres es lo que determina su identidad y la diferencia de otras. Una de estas expresiones artísticas en México es la danza folclórica, misma que se ha desarrollado a lo largo de cinco siglos y que vio sus inicios desde la era precolombina y fue alimentándose de la influencia de danzas de origen español o francés, gracias a los acontecimientos ocurridos durante la conquista. Las danzas folclóricas pueden ser de origen indígena, mestizo o criollo; ligadas a festividades religiosas o acontecimientos comunales, pero la mayoría con un sincretismo cultural que ha dado origen a muchas expresiones folclóricas a lo largo del territorio mexicano.
La danza regional mexicana aspira a ser vinculada a la tradición, la lucha por la revaloración, conservación y enriquecimiento de la cultura nacional y la creencia de que la danza no solo enseña una técnica, unos pasos, sino también expresa una forma de vida, una concepción del mundo y que busca desarrollar un sentido de la estética, de lo bello, siendo en sí misma un vínculo con otras artes.
Una de las personas que por más de 27 años ha contribuido al rescate y divulgación de la danza mexicana en Campeche es el maestro Isaac Villegas Rodríguez , originario de la ciudad de Puebla arribo al Estado años atras y desde el primer momento ha promovido la danza “comencé en la Casa de la Cultura de Campeche con el maestro Alfonso Moreno Canche y continuo ya de manera independiente hace 18 años con al ballet Folklórico Cenzontle, primero fue un grupo independiente, ahora hace 10 años aproximadamente somos parte de la Universidad Autónoma de Campeche”[1].
El estado de Campeche mantiene un arraigo cultural con Yucatán, el cual se refleja en los bailes tradicionales, ya que teniendo la misma raíz prehispánica, al momento de la colonización española se formó un amalgama de tradiciones similares. Para el maestro Villegas, ésta situación causó cierta confusión “porque yo viniendo del centro de México en concursos, encuentros o congresos se presentaba el estado de Yucatán con sus jaranas, el atuendo que ellos representan es el terno, los hombres de blanco y alpargatas y cuando veía Campeche, veía sus faldas su blusa bordada en punto de cruz de negro, los hombres con filipina pantalón negro”[2], a pesar que esta vestimenta es la que se ha establecido como oficial en el estado de Campeche, las jaranas formaban parte de conglomerado popular, “yo siempre vine con la idea que la Jarana era exclusiva de Yucatán, en Campeche me di cuenta que para una fiesta patronal no muy lejos del centro histórico, como Santa Lucía, bailaban la cabeza de cochino pero con el atuendo que yo decía ¿por qué están bailando la cabeza de cochino con fustán yucateco?, luego me invitaban a una festividad a Lerma y ahí bailaban la cabeza de cochino y me preguntaba ¿qué paso, qué está pasando? y ya me puse a investigar y me doy cuenta que los tres estados tienen una misma raíz cultural, la de los mayas, la cosmovisión, la cultura , la manera, los usos y costumbre son de la cultura maya.”[3]
El gusto por la danza y las expresiones folclóricas ha llevado al maestro Isaac a no solo a conocer el baile, sino a desarrollar un gusto por la investigación, la cual ha sido parte de su formación desde entonces. Egresado de la Licenciatura en Historia por la Universidad Autónoma de Campeche y con un diplomado en cultura maya, se ha dado la tarea de rescatar importantes tradiciones campechanas, como por ejemplo, la Vaquería y el baile de la cabeza de cochino, danzas que se han tenido que rescatar y promover como fiestas de nuestra tierra campechana.
Las vaquerías surgen de una festividad que fue traída por los españoles como parte de una reminiscencia de los fandangos españoles. En las haciendas a finales del siglo XVIII, para la época del equinoccio de primavera los patrones llevaban el recuento de ganado y durante el proceso el hacendado regalaba un novillo a los trabajadores de la hacienda, el cual amarraban en un palo “yo recuerdo que hace 25 años en Calkiní y Hecelchakán, ponían un palo al centro de la plaza y ahí amarraban un novillo para después empezarlo a torear. Ahí comienza ese tipo de vaquerías y pues ya después la música, la jarana y todo la fiesta”[4]; otro baile tradicional es la danza de la cabeza de cochino (pool keken) que es una reminiscencia indígena que en su comienzo era una danza ritual. Como tal, las danzas prehispánicas eran ofrendas a los dioses en donde el danzante fungía como puente entre lo sagrado y lo terrenal; en el caso del pool keken, hay noticias históricas que antes se hacía con una cabeza de venado, ya que el cerdo fue traído por los españoles, “entonces es una ofrenda de vida, de riqueza de abundancia para que nos vaya bien en todo el año, y precisamente en el equinoccio de primavera se hacía esta ofrenda; los conquistadores sincretizan la cabeza de cochino y cambian las ofrendas de los antiguos dioses mayas a los Santos Patrones, desde tiempo de la colonia los bailes son ofrecidos a los Santos Patrones católicos, pero aun hoy en día los más viejos se lo dedican a los otros dioses mayas, porque vienen la abundancia”[5].
Hoy en día en Campeche, el concepto de patrimonio de la humanidad ha tenido mucha repercusión; San Francisco de Campeche es Patrimonio Cultural de la Humanidad y Calakmul es Patrimonio Mixto, único en la Republica, otorgado por la misma UNESCO, “hay que aceptar que tenemos un sustento muy importante que es la cultura maya, y yo en lo personal estoy tratando por medio del Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana, que la UNESCO reconozca a la fiesta de la Vaquería como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad”[6], ya que es una fiesta que no solo se trata sobre la danza, sino que envuelve idiosincrasia cultural, tradición, vestimenta, gastronomía, usos y costumbres, de tal manera que integra la identidad cultural en una sola fiesta. La vaquería se baila todo el año, en los pueblos y en cada festividad del santo patrono, es el inicio de la fiesta patronal “la vaquería es una fiesta tan importante que debe tener repercusiones y debe enseñársele a las nuevas generaciones para fortalecer la identidad campechana”[7].
La música y la piezas que han surgido a lo largo del tiempo han dotado al estado de un heredad musical destacada “la jarana campechana es una invención , con el afán de buscar una identidad en Campeche a compositores muy reconocidos como la dinastía Ríos, han compuesto jaranas, la Maestra Zoila McGregor ha sido autora de muchas piezas que ahora se bailan con coreografía, pero son composiciones del siglo pasado y que de alguna manera quieren rescatar el estilo y darle realce a las piezas folclóricas de Campeche”[8], la jarana campechana al igual que la danza, forma un núcleo cultural que es válido cuando la sociedad lo acepta y comparte como símbolos de identidad, “yo siempre aclaro en mis conferencias que el folclore y las danzas que se bailan en Campeche, no nacieron en otro lado más que en la ciudad de Campeche; la jarana tradicional 3×4 y 6×8 , y las jaranas muy conocidas pueden haber nacido en cualquier parte de la península de Yucatán y pueden ser tocadas en cualquier sitio”[9], un ejemplo de esto es “El pichito amoroso”.
Durante casi tres décadas el maestro Isaac Villegas Rodríguez ha dejado huella en la danza campechana, “al inicio el primer problema que tuve fue la aceptación de la sociedad campechana, porque con todo respeto a los maestros de danza, llegué a una identidad tradicionalista y no era bien visto que un hombre varón diera clases de danza, todo lo relacionan con la homosexualidad, luché para ganarme la confianza de los padres y me dejaran a sus hijos”[10]otra cuestión complicada es que la danza ya está establecida, “no vas a inventar nada pero a los chicos hay que darles una perspectiva que sea interesante, divertida para que se identifiquen con ella y por último el apoyo, la danza en si es muy bonita pero cuando pides apoyo para atuendo, para vestuario, para viajes es más difícil, no se vale que las expresiones artísticas sean solo como entretenimiento y no te apoyen para que siga siendo entretenimiento, tienen que hacer una trayectoria, pero mientras haces esta trayectoria ¿quién te apoya?”[11], a pesar de todas las dificultades en cada grupo, el empeño y la dedicación con que realiza el trabajo es parte de su compromiso con el folclore nacional.
En los últimos años, ha dejado en gran medida la enseñanza enfocándose en la investigación histórica y en el indagación de cada tradición “me he dedicado más a la investigación, porque las nuevas generaciones de maestros, se han respaldado en información muy antigua y aquí en el centro de Investigación y Difusión , estamos buscando material para sustentar, porque en ese instituto están los maestros que desde 1950 y 1960 fueron los que inventaron y sustentaron en cada Estado la identidad, y en eso ando, investigando para conocer lo que ya se ha establecido como identidad de cada Estado”.[12]Así el maestro Isaac, apoyado en la investigación y la enseñanza del Folclore, va rescatando y promoviendo las principales prácticas campechanas que dejan huella en la historia local.