COSTUMBRES Y TRADICIONES: UNA FORMA DE SER

“Eso es lo que las tradiones tienen que son del pueblo la herencia, que les lega las conciencias de muchos antecesores que fueron la savia en su tierra”. (“José A. Moya).

Los seres humanos crean cultura. Las formas de pensar, de sentir y de actuar, la lengua que se habla, las creencias, la comida y el arte, son algunas expresiones de esa cultura.Este conjunto de saberes y experiencias se transmite de generación en generación por diferentes medios. Los niños aprenden de los adultos y los adultos de los ancianos. Aprenden de lo que oyen y de lo que leen; aprenden también de lo que ven y experimentan por sí mismos en la convivencia cotidiana. Así se heredan las tradiciones.

Mediante la transmisión de sus costumbres y tradiciones, un grupo social intenta asegurar que las generaciones jóvenes den continuidad a los conocimientos, valores e intereses que los distinguen como grupo y los hace diferentes a otros.

Las tradiciones de los pueblos son universos insustituibles en las que se suman las expresiones más valiosas que brotan de imaginarias muy propias de las supersticiones, creencias, usos y costumbres que en su conjunto identifican a las culturas y civilizaciones en el descurrir de los tiempos

Siguiendo a Manuel Lanz Cárdenas (2008, p. 9), estas manifestaciones enraizadas en las historias de las comunidades son nutricias de los más elevados principios y de los más preciados postulados básicos que con orgullo se muestran en las miríadas de sucedidos hablados, cantados o bailados con los que la credulidad, devociones y fervores alquitaran los mejores extremos de los orígenes comunes y de los futuros promisorios más predestinados.

Campeche es trascendente por la riqueza acumulada en las envidiables gestas de su pasado y por ende unas de las proposiciones prioritarias del culto a esa época que con sus ayeres se tradujo en páginas legendarias de un lirismo histórico impresionante; deben ser: conservadas, preservadas o en su caso rescatadas, para corresponder a su procedencia ilustre que nos predeciera tan esplendente.

La ruta del Camino Real, en Campeche, posee una riqueza cultural y artística, de ahí que es conocida también como la Atenas del Camino Real. Su gente, sus tradiciones y costumbres provienen en gran parte de la cultura maya que dominara esos territorios por miles de años y que hoy es orgullo para los campechanos.

Entre las costumbres más arraigadas de ésta área se nota en la asistencia de los actos religiosos, deportivos, sociales y culturales. Sus fiestas profanas se realizan cada año con corridas de toros y bailes populares.

Las fiestas religiosas estan en honor a la virgen o santo patrono de las comunidades, en cuyas celebraciones se manifiestan las entradas y salidas de gremios.

Algunas de las tradiciones de la Atenas del Camino Real son: El Hanal Pixán. Es una de las tradiciones de más arraigo; se dedican el último día de octubre y los dos primeros de noviembre para honrar a los Fieles Difuntos.

Desde mucho tiempo antes, las familias se preparan para hacer los gastos de esta celebración. El 31 de octubre se recuerda a los niños fallecidos, poniéndoles en una mesa, dulces, juguetes, frutas y todo aquello que les gustaba cuando estaban vivos. El 1º de noviembre, dedicado a los adultos fallecidos, se preparan los pibipollos, en lo cual intervienen hombres y mujeres; los varones escarban el hoyo, estiban la leña y las piedras, que luego prenden, y entierran los “pibes”. En una hora y media, aproximadamente, los sacan, y éstos despiden un olor agradable al olfato. Los “pibes” son elaborados por las mujeres; por lo general, los hacen de carne de cerdo y de gallina. El proceso que se sigue es: poner a cocer el maíz, molerlo, amasarlo con mucha manteca y después preparar una especie de molde, donde se verterá el “col”, ya cocido, con su punto de recado colorado, sal, y chiles.La ofrenda de los “pibes” es para la mesa, adornada para la ocasión. En ella se ponen retratos de difuntos, a quienes se les reza. Después de la ceremonia, los asistentes al rezo pueden comer los “pibes”.

El 2 de noviembre es el tradicional paseo al cementerio, a donde se llevan flores, se hacen rosarios y se recuerda con cariño a los familiares que se adelantaron en el viaje eterno.

El Hanlicol: es una de las tradiciones propias del medio rural. Consiste en llevar, hasta un lugar determinado, a una persona que se conoce con el nombre de h’men, quien predica, ya sea por la salud de un enfermo o por los malos vientos que azota a una milpa durante la quema y la siembra.

En la consumación de esta ceremonia, se reparte entre los asistentes una mezcla de alcohol, anís y otros elementos. Terminada su predicación, los que ofrecen el acto reparten la comida tradicional.

El Jetz Mek:consiste en llevar al niño o la niña cargado a horcajadas por una persona que hace el papel de padrino o madrina; si es niño, el padrino le dará un machete para que agarre, así el niño aprenderá a trabajar en el campo; un lápiz para que aprenda a escribir, etc.Si es niña, la madrina le enseñará una aguja para que aprenda a costurar o coser; la plancha para que aprenda a planchar, etc. Estos actos se realizan en época de luna llena.

El Kumujul: se realiza principalmente entre la gente campesina. Consiste en llevarle a los padres de la novia presentes como pan, azúcar, chocolate, pavos, aguardiente y, en ocasiones, alhajas. Éstos se consideran una especie de dote a los padres por haber crecido a la novia. El novio y sus familiares son quienes entregan la dote; se hacen acompañar de un nutrido grupo de amigos cuando se realiza este acto tradicional.

La cabeza de cochino: se efectúa al término de una festividad religiosa y consiste en adornar una cabeza de cochino con bordados relucientes y otros objetos, como panes, papeles de colores, etc. Luego se baila con ella, en casa del patrón donde se realiza la festividad, principalmente con mujeres ataviadas con terno de mestiza, o en las calles de la comunidad, al compás de la música de una charanga.

Este baile también se verifica al inicio de una Vaquería, fiesta propia de la región; se acompaña de la primera pieza llamada “Los Aires del Mayab”, y con el trueno de voladores.

Para conocernos mejor como personas es importante reflexionar acerca de nuestras costumbres y tradiciones, pensar y dialogar con la comunidad acerca de qué podemos rescatar del legado de nuestros antepasados. También es necesario discutir con qué criterios aceptamos o rechazamos las costumbres y tradiciones de otros pueblos. Podemos aprovechar nuestra herencia cultural si consideramos que las costumbres y tradiciones son lazos que estrechan las relaciones de una comunidad, que le dan identidad y rostro propio, y facilitan proyectar un futuro común.

Conservar las tradiciones de una comunidad o de un país significa practicar las costumbres, hábitos, formas de ser y modos de comportamiento de las personas.

Fuentes consultadas
Lanz Cárdenas, Manuel (2008) Fiesta de San Román. Historia, tradiciones y leyendas. H. Ayuntamiento de Campeche. Campeche.
Talavera Sosa, José Rafael (2002) Ensayo Monográfico de la ciudad de Dzitbalché. Edición del Ayuntamiento de Calkiní, Campeche.