Te has preguntado alguna vez ¿Qué se siente descubrir un mundo nuevo? Sumergirte por primera vez bajo el agua, abrir los ojos, respirar y adentrarte en un hábitat completamente diferente, convirtiéndote en espectador de un rito impresionante: la vida subacuática.
El mar de Campeche, plagado de historias piráticas, hechos heroicos y otros más un tanto trágicos, hacen del buceo en nuestra costa una experiencia única e inolvidable.
Bucear con equipo Scuba (Self-Contained Underwater Breathing Apparatus) es la oportunidad de descubrir el planeta agua, sus habitantes, su belleza, sus secretos y sin duda es una experiencia que se volverá adictiva.
Bajo las aguas de Campeche, en las cercanías de la antigua villa amurallada del siglo XVI, construida para proteger a la población de los ataques de famosos piratas como John Hawkins, Francis Drake, William Parker, James Jackson, Henry Morgan, Mansvelt, Bartolomé Portugues, Rock Brasiliano, Lorencillo, el Olonés, el capitán Cook y Lewis Scott, se esconde un mundo submarino que guarda historias y leyendas encapsuladas en un ambiente arrecifal plagado de vida acuática.
Si nunca has buceado, este es el lugar perfecto para comenzar, con el programa PADI Discover Scuba Diving o bautismo submarino aprenderás a utilizar el equipo de buceo scuba en agua poco profunda y recibirás una fácil y rápida introducción de todo lo que se necesita saber para explorar el mundo subacuático.
No hay nada como respirar bajo el agua por primera vez. Lleva algún tiempo adaptarse, sin embargo después de algunos minutos de asombro, la mayoría de los participantes se dan cuenta de lo realmente sencillo que es el buceo. El desafío más grande al que se enfrentan los instructores no es incitar a los participantes a ir al agua, sino persuadirles a salir cuando el programa ha finalizado.
Si ya eres buzo certificado y quieres descubrir nuevos sitios, entonces Campeche te espera para que vivas la experiencia de bucear entre restos de navíos que quedaron atrapados a lo largo de la antigua costa de la provincia maya de Chakán Putum. ¡Ven a conocerlos, diviértete y ayúdanos a protegerlos!
Y es que si de bucear la historia se trata, hay lugares espectaculares que esperan por ser descubiertos, claro ejemplo de ello es “La Barcaza 269”, ya que las historias del mar están plagadas de misterios y aventura, pero también de páginas trágicas en donde el gran azul se ha cobrado fatalmente la osadía del hombre.
La tragedia del huracán Roxanne. Sucedida en octubre de 1995 en el Golfo de México, es un claro ejemplo de cómo la furia oceánica azotó la costa de Campeche.
El paso de este fenómeno hidrometeorológico se caracterizó por su trayectoria errática, de tal manera que una vez que se alejaba de tierra, emprendió un retorno fatídico sin aviso impulsado por viento norte imprevisto.
A bordo de la Barcaza 269, propiedad de la compañía CC Fabricaciones y Construcciones J-Ray MacDerman, S.A de C.V. se encontraba un grupo de 245 personas conformado por la tripulación y trabajadores provenientes de las plataformas petroleras de PEMEX.
La barcaza tuvo que enfrentar desde la Sonda de Campeche, gigantescas olas y vientos de más de 120 kilómetros por hora. Al arribar al puerto se encontraron con la imposibilidad de refugiarse, debido a que la embarcación excedía el calado permitido.
En un intento heroico y desesperado, dos naves remolcadoras permanecieron auxiliando a la Barcaza 269, luchando por mantenerla a flote mediante líneas de tensión, sin embargo, los esfuerzos fueron insuficientes debido a que la fuerza de los vientos provocó que uno de los cables se rompiera abriendo una vía de agua.
Eran las 18:15 horas cuando los trabajadores a bordo de la Barcaza 269, sintieron en medio del pánico colectivo, como eran presa del embravecido mar, ante la impotencia de la tripulación de los remolcadores.
El resultado de esta trágica historia de mar fue la muerte de tres miembros del personal de plataforma.
La Barcaza 269 se encuentra hoy en día sumergida a 31 metros de profundidad, ubicada a 36 millas náuticas del puerto de Seiba Playa, Campeche. Es una testigo que nos invita a recordar las dramáticas horas vividas y a no sepultar en el olvido a quienes ahí perecieron.
El pecio fue identificado gracias al apoyo de pescadores de Champotón y del ingeniero Edgar Leal (API). Está protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia desde el 2004.
Otro espectacular sitio de buceo es “El Teodoro” un naufragio que se ubica a una profundidad de 20.5 metros, a 25 millas náuticas al noroeste. Fue identificado por el Capitán Julián Zunza alias “Máximo”.
El navío era originalmente un barco de metal que se dedicaba a la captura del camarón. Se encuentra asentado sobre un fondo arenoso en un área de 25 por 13 metros, orientado oriente-poniente. Aun se observan su arboladura, tanques de combustible, elementos tubulares y planos de metal, así como su eje y propela.
Actualmente los pescadores han depositado árboles y ramajes que contribuyen a la reproducción de la vida, siempre estarás acompañado de diversas especies de pequeños crustáceos, algas, corales, moluscos adheridos a la madera, así como peces tales como: Roncador o Porkfish (Anisotremus virginicus), Corocoro Rayado o black grunt (Haemulon bonariense), Pargo Gris o Displaying dark band, (Lutjanus griseus), Banderilludo o Lookdown (Selene vomer)), Pez Espada del Atlántico o Atlantic Spadefish (Chaetodipterus faber), Pez Sapo (Opsanus tau), Ángel Gris (Pomacanthus arcuatus), Pez Mariposa (Chaetodon sedentarius), Rémora (Echeneis neucratoides), Raya (Urolophus Jamaicensis) y Pulpo (Octopus vulgaris), entre muchos otros. Está protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia desde el 2006.
Bucear es una de las experiencias más impresionantes que puede vivir cualquier persona, es un pase directo a un mundo completamente nuevo y lleno de adrenalina, sin duda es algo todos debemos probar al menos una vez en la vida.